miércoles, 3 de noviembre de 2010

Caso clínico 3: Aborto


A continuación se presenta el caso número 3, el cual desarrollamos como grupo:

Paciente de sexo femenino, de 15 años, consulta en policlínico de urgencia de maternidad. Es llevada por sus padres quienes refieren acudir porque su hija acusa fuerte dolor abdominal de tipo cólico en hipogástrio de 2 días de duración, asociado a sangrado genital. Antecedente de dismenorrea grado II a III, desde la menarquia.

Signos vitales; PA 120/80, pulso 110 por minuto, FR 16 por minuto, T 37,5 ºC

En el box de atención, fuera de la vista de sus padres, la paciente refiere que no tenía menstruaciones desde las vacaciones de verano, fecha en la cual mantuvo relaciones sexuales con su pololo. No se ha controlado por temor a sus padres.

Al examen se constata un útero grávido de aproximadamente 2 meses de embarazo. A la especuloscopía un cuello entreabierto, por el cual salen restos ovulares de mal olor, y sangre fresca en regular cantidad.

¿Cuál es el o los diagnósticos más probables?

Creemos que podemos descartar el diagnóstico de amenaza de aborto el cual se compone de metrorragia y dolor pero sin dilatación del OCI, a diferencia de la paciente que tiene un cuello entreabierto. Los diagnósticos más plausibles que nos quedan son:
aborto espontáneo que se origina sin intervención externa, aborto provocado: se realizan maniobras para desencadenar el aborto de manera externa, aborto incompleto: donde existe metrorragia, dolor, dilatación del OCI. Se eliminan parcialmente los restos ovulares y fetales o embrionarios, aborto completo: se eliminan completamente los restos ovulares y fetales y aborto séptico: aborto asociado a complicaciones infecciosas, ya sean localizadas o diseminadas. Por el antecedente de los restos ovulares de mal olor nos inclinaríamos a sospechar en ella un aborto séptico, además también constatamos la presencia de fiebre y el hecho de que no se haya controlado el embarazo por temor a sus padres también nos podría sugerir que este fue provocado, sin embargo creemos que para hacer este diagnostico debemos indagar más en la anamnesis de la paciente, mostrando siempre una actitud acogedora y sin enjuiciar sus actos, sino más bien creando una muy buena relación medico paciente con ella para que sienta la confianza de contarnos y aclarar sus dudas y más adelante realizar si es posible consejería sobre métodos anticonceptivos, embarazo y si es posible del aborto mismo.

Una vez que la paciente se encuentra sola le solicita al medico que la atiende que no le comunique el diagnóstico a sus padres. Sin embargo se requiere haces exámenes complementarios y una ecografía ginecológica, para lo cual debe ser hospitalizada.

¿Qué debe hacer el médico? ¿Qué valores y principios ve Ud. en este conflicto?

En este caso se encuentra en conflicto la autonomía de la paciente y su decisión de ocultarle la verdad a sus padres frente a la no maleficencia que nos indica que debemos efectuar todos los procedimientos complementarios. La relación entre el médico y el adolescente debe basarse en el respeto por su autonomía, buscando siempre su beneficio, des del principio de la justicia. En nuestra relación profesional con el adolescente se pueden presentar situaciones en las que se plantee un conflicto entre los principios de responsabilidad de los padres y el respeto por la autonomía del paciente.
Las recomendaciones de la American Medical Association (11) dicen expresamente que 'los médicos deberían establecer normas de consulta respecto a la atención confidencial a los adolescentes y a como deberían de estar involucrados los padres en esta atención'. Y añade que ' estas normas deberían de quedar claras para los padres y los adolescentes'. Es necesario así que los médicos comuniquen explícitamente a sus pacientes adolescentes las pautas que siguen en la consulta respeto la confidencialidad.
A pesar de que la atención confidencial puede ser percibida como un antagonismo entre los derechos de los padres y los del adolescente, la necesidad de discreción se entiende con más facilidad si se le considera cómo una parte normal y esencial del proceso de desarrollo. Se acepta el criterio de madurez del menor como determinante del derecho a su intimidad.
En este caso particular, lo primero que debemos hacer es contener emocionalmente a la paciente por el difícil momento que pueda estar pasando y nunca juzgar ni sus acciones ni sus decisiones y hacerla una activa partícipe durante su hospitalización de lo que competa a la toma de decisiones sobre procedimientos a realizar, además de en todo momento contar con el consentimiento informado de la adolescente.
Ya que ésta no corresponde a una situación que represente un riesgo vital de la paciente y en donde sea necesario no respetar el deseo de la paciente adolescente de contarle a sus padres, lo que puede hacerse es explicarle a estos que su hija se encuentra en una situación médica que requiere hospitalización para un buen manejo y la realización de exámenes complementarios, sin explicitarle el diagnóstico.
Pero nos queda la tarea pendiente de hablar con la adolescente y explicarle lo beneficioso que sería para ella conversar con sus padres con respecto a su estado actual de salud y sobre sexualidad, ya que como es una adolescente necesita la guía que puedan entregarles sus padres respecto al tema y el apoyo debido a su condición clínica actual. Y realizar esto de manera tal que la paciente no sienta que se está pasando a llevar su autonomía ni que se le está enjuiciando por sus decisiones.
Entonces, se puede proponer al adolescente un encuentro entre sus padres, él mismo y el propio médico, comprometido a hacer el papel de abogado defensor del adolescente. .

¿Cuáles diría Ud. que son las obligaciones del médico para con los padres (¿qué derechos tienen?), con la paciente (¿qué derechos tiene?), con la sociedad (¿qué deberes tiene el médico ante un aborto?)

En este caso nuestra paciente es la adolescente de 15 años. Actualmente se esta utilizando los términos de menor maduro, al cual debemos respetar su autonomía y mantener la no maleficencia. Sin embargo lo importante en estos casos es poder lograr una buena relación medico paciente en la cual podamos lograr algún tipo de intervención para que la joven pueda requerir el apoyo de los padres. En el caso que la adolescente no muestre interés en compartir su problema con los padres a pesar de nuestras intervenciones, nosotros tendremos que entregar información a los padres dentro de los limites que la paciente puede haber establecido. Hay que recordar que lo más probable que la paciente quede hospitalizada por lo cual tendremos que justificar ante los padres los motivos de dicha acción.

Ante la paciente como se señaló anteriormente tendremos que respetar su autonomía, actuando también dentro del parámetro de la no maleficencia. Es bueno recordarle que el el apoyo de alguien cercano en estos momentos es importante, cabe destacar que los padres están preocupados por la situación actual de la hija, y deberíamos conversar esto con la adolescente. En caso de una negativa rotunda de la joven, tendremos que respetar su decisión. Pues la confidencialidad en este caso solo se podría romper si es que existe un riesgo de carácter vital.

La responsabilidad que tenemos con la sociedad, es que lo que esta ocurriendo ahora es producto de un aborto inducido, sería indagar mayor información al respecto para poder hacer las denuncias necesarias. También por nuestra parte deberíamos actuar de tal manera que nosotros no provoquemos un aborto debido a la terapia que apliquemos.

Comente con su docente este caso y pregúntele si ha tenido alguna situación de confidencialidad que se oponga a otros principios ¿Qué ha hecho?

Se conversó este tema con nuestros docentes, los cuales han tenido situaciones similares, en las que se han visto enfrentados al dilema de atender menores de edad en situaciones de amenaza de aborto o aborto donde los padres poseen un total desconocimiento de la situación clínica de la paciente.
La mayoría concuerda que en este tipo de situaciones se ven enfrentados a un dilema ético, debido a que los padres quieren saber la situación clínica de su hija y a su vez las causas que originaron este problema, versus el completo rechazo por parte de la paciente quien no quiere contar las razones que la llevaron a su estado de salud actual.
Lo que se debe tener en claro es que el médico debe, en forma ideal, conversar este tema con la paciente e instar a que ella misma hable de su situación con sus padres, explicando las razones y motivos que la llevaron a su estado actual y ofrecer a su vez la colaboración para que esta conversación tenga por resultado la unión de la familia y apoyo por parte de los padres hacia su hija. El médico no debe tomar decisiones sin el desconocimiento de la paciente, debe siempre llegar a un dialogo entre los padres y su hija y a su vez tener un rol, tanto biomédico como educador en esta situación. Es decir, brindar los mayores cuidados que tengan por objetivos resguardar la salud de la paciente, y al mismo tiempo ser un educador para que estas situaciones no vuelvan a ocurrir. El consejo debe encaminarse tanto a los padres como a la paciente.

13 comentarios:

  1. Primero que todo me gustaría felicitarlos por el blog

    Me quedo una pequeña interrogante en el punto 3 en el cual exponen que solo en caso de riesgo vital se podrá informar a los padres, si es que se rehusase la paciente. Me parece que no solamente en ese caso es necesario hacerlo, puesto que los padres son sus tutores legales y es necesario informarles la causa de la enfermedad de la hija, para que así ellos puedan entender la situación a cabalidad y tomar decisiones informadas, que aunque no impliquen riesgo vital, son necesarias, tales como procedimientos diagnósticos que requieran el consentimiento informado (en este caso de los responsables legales).

    Francisco Nicolás Moraga Fernández

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  2. También estoy de acuerdo con lo planteado por Nicolás. Los padres son los responsables legales de la adolescente y, aunque sea de manera parcial, tienen el derecho y el deber de conocer una aproximación diagnóstica sobre el estado de salud de su hija.

    Juan Pablo Olivos.

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  3. Como los compañeros que comentaron antes. Creo que en la práctica es importante que los padres sepan lo que le pasa a su hija. Al rehusarnos de dar información podríamos estar arriesgándonos a demandas u otros problemas. Pero también hay que considerar a la adolescente ya que como comentamos nosotros en nuestro caso, ella tiene derecho a elegir sobre el tratamiento que ella desee, si posee la madurez para ello.
    Carlos Verdugo (gpo 1)

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  4. Es cierto lo que dicen compañeros, sin embargo nosotros también como grupo planteamos que sea la propia hija quien les cuente, tratariamos de convencerla a que ocultarle información de esta indole a los padre no es bueno. Sin embargo en caso de que ella aún no quisiera no quedaría más que tener que hablar con los padres y contarles lo que está sucediendo porque como dicen uds es menor de edad y ellos son los tutores legales.

    Gracias por sus aportes
    Valeria Villanueva C

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  5. Chicos
    recuerden que los cursos más prudentes suelen ser los intermedios. Por lo tanto, ni mantener a los padres fuera, ni ir a contarles todo de entrada....no se angustien, aunque es un caso súper real, también lo es el hecho de que una chica en esta circunstancia, necesita de su familia cerca. Primero tendrá que tener claro lo que le pasa a ella, luego tranquilizarse cuando sienta que hay un equipo de salud, liderado por el médico, que no la está presionando, juzgando ni traicionando. Luego, de la mano de ustedes, podrá hablar con sus papás respecto a esto. Además es factible que los padres sospechen y sepan igual, y en ese caso no podemos mentirles. A lo más darles la verdad dosificada. Entonces, dar confianza, hacer lo que haya que hacer (médicamente, me explico), calmar los ánimos y preparar el terreno para que la familia pueda apoyar a esta chiquilla, ojalá también su pareja ( a quién no hemos mencionado!).

    nos vemos el miercoles
    Dra Titi

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  6. Concuerdo totalmente con la Dra Titi, considero que el mejor curso de acción es un intermedio entre ambas posiciones. Por un lado está el respeto a la paciente, que debe ser primordial, ello incluye el respeto a su confidencialidad. Y por otro lado están los padres, que tienen el derecho a ser informados.

    A mi parecer la labor del médico es de guía, de ayuda y apoyo en este caso. Orientar a la paciente que comuque su estado de salud a sus padres, con el fin de buscar apoyo y contención en ellos y no ser el médico quien comunique esta información, salvo que esto sea pedido por la paciente.

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  7. También estoy de acuerdo con un curso de acción intermedio.
    Siendo la paciente mayor de 14 años y determinamos que está en capacidad de tomar decisiones, podemos acogernos, incluso legalmente a la petición de no revelar aún el diagnóstico a los padres. Esto considerando que la paciente está estable y no hay riesgo vital.
    Luego del enfrentamiento del cuadro agudo, debemos informar y educar a la paciente y persuadirle de hablar sobre su vida sexual y su aborto actual. Es una conducta de riesgo, por lo que debemos asegurarnos de que los padres finalmente sean informados, pero la mejor manera es entre la paciente y estos.

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  8. Otras implicancias legales y éticas que pueden verse involucrados en este caso, serían la posibilidad de que el aborto haya sido inducido por la propia paciente o por terceros. Esta situación es ilegal en Chile, por lo que podría tener sanciones legales. Sin embargo, no podemos saber a ciencia cierta si este es el caso. No existe manera de saber con certeza si la paciente efectivamente se ha provocado un aborto.
    Me planteo si como médicos deberíamos cuestionarnos esto e indagar más sobre el tema, interrogar a la paciente sobre el aborto.

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  9. Ufff qué difícil será vernos enfrentados a ese escenario... creo que como médicos podriamos acoger a nuestra paciente y darle la confianza necesaria para que ella pudiera expresarse de manera libremente y contarnos lo ocurrido. Podríamos indagar sutilmente, pero con el unico objetivo de ayudarla y aconsejarla sobre lo peligroso que podría resultar en caso de que ella hubiese intentado producirse un aborto, las concescuencias que podría tener esto en su propia vida incluso llegandole a producir la muerte misma. Sin embargo, sobre si denunciar o no... uff aún más difícil, porque aún siendo una obligación por parte de nosotros creo que se rompe totalmente la confianza y la relación médico-paciente, pero sin embargo esto va más a allá de los principios éticos y morales.

    Valeria Villanueva

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  10. Ya como varios han señalado debemos recordar que estamos frente una paciente capaz de tomar decisiones, actualmente el termino de menor maduro nos "obliga" a tomar en cuenta la opinión de la adolescente, si ella no quiere contarle a los padres debemos respetar, sin embargo lo ideal seria poder persuadiría para que dentro de la evolución de la enfermedad ella se pueda sentir más acompañada.

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  11. En el mundo, de los mas de 180 millones de embarazos anuales que se registran, alrededor de un 25% son terminados por prácticas abortivas, mucha de las cuales son no medicalizadas.

    Por ello la tematica no debe ser reducida a un tema solo de indole bioetico, sino a un espectro mas amplio, el de la salud publica.

    Considero, que el analisis debe tener como enfasis la autonomia de la paciente, teniendo como lineamientos generales a seguir, los derechos sexuales y reproductivos de las personas.

    A mi parecer la salud publica debe ser un referente en esta temarica. Los paises en desarrollo deben velar por el bienestar comun de su poblacion por lo que la medicalizacion, consejeria y cobertura son esenciales para que las mujeres que esten en esta dificil situacion puedan sortearla sin un dano a su salud.

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  12. Creo sinceramente que la paciente es quien debiese entregar la informacion final a sus padres, siendo el medico un apoyo y un catalizador de estas emociones, actuando como una cable a tierra y entregando las herramientas para la expresion de sentimientos y la elaboracion de una conclusion que permita a la familia lograr finalmente una actitud resiliente.

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  13. Es complicado el tema del aborto. Considero que aunque las leyes pro aborto se sostengan en la autonomía de las pacientes, este principio por si solo a mi parecer no es capaz de ser el sustento de la ley pro aborto. La beneficencia tampoco considero que sea un buen principio para sustentar la legalización del aborto, pues la beneficencia es subjetiva y no es una moral mayor como lo son la justicia y la no maleficencia. Es este último principio el que podría doblar más la balanza en contra del aborto, ya que hablamos de hacer dano y causar sufrimiento a un ser, incluso a veces con fatales consecuencias para la madre.
    Y en cuanto a la justicia, existen en la actualidad mejores métodos de control de natalidad como los métodos anticonceptivos, los cuales considero que cumplen con el principio de justicia, al ser ampliamente distribuidos ampliamente a nivel nacional.

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